·Daugavpils, Letonia-20 de febrero de 2011-8:33.P.M.

Conforme se acercaban, a la ciudad en llamas, fueron avistando en la lejanía varias más de esas criaturas. Al comprender la magnitud de lo que sucedía decidieron replantearse en que dirección seguir.
-¿Eso es....? ¡Dios santo!
-No puede ser.....Joder....¿Y qué cojones hacemos ahora?-Boris miró a Alexandra-¡Maldita sea!
-Vayámonos, hagamos como hacen ellos-Refiriéndose a los coches que, superando el límite de velocidad, huían hacia Bielorrusia-¡Vámonos rápido!
-Si....Si, vale, pero antes vayamos a casa, no sabemos qué nos puede hacer falta.

Dicho esto dieron media vuelta con el vehiculo para volver a la pequeña granja. La granja estba a unos 3 kilómetros de Daugavpils, casi en la frontera entre Letonia y Bielorrusia, a tan solo un campo de cebada de el Lago Richu.
Pasaron de nuevo junto a los coches volcados, pero esta vez no vieron a aquel "monstruo".

Con un frenazo brusco aparcaron el coche cerca de la granja. Entraron en el hogar rápidamente, decidieron qué cosas coger y cuáles dejar; una vez terminaron con el proceso de selección, colocaron dentro de bolsas todas las latas de conservas que guardaban en la despensa y dejaron cerca de la puerta un ar de garrafas de agua, para ir llevándolo todo a la camioneta.
Empezaron a cargar en el vehículo los alimentos. Amontonaron las bolsas en la parte trasera y fueron a por el agua, era lo único que faltaba.
-Iré yo, tú quédate en la camioneta para irnos lo antes posible-Boris se dirigió a la entrada de la casa.
Alexandra, impaciente, miraba a través de la ventanilla. De repente vio cómo algo salía corriendo hacia su marido. Era un pútrido.

Boris no lo vio venir hasta que, tras un fuerte placaje, fue derribado por el zombie. El pútrido se lanzó con fuerza contra él y comenzó a lanzar manotazos mientra intentaba morder a Boris.
Alexandra dudó qué hacer. Abandonó el coche y corrió hacia su pareja. Mientras corría observaba cómo Boris agarraba el cuello del nomuerto para evitar los mordiscos; cojió una roca del tamaño de un puño y al acercarse al ser, la hizo impactar contra su cráneo.
El golpe hizo que una gran cantidad de sangre espesa rociase el cuerpo de Boris. El pútrido soltó un aullido y dejó de hacer fuerza. Boris lo apartó y de manera rápida se incorporó junto a su mujer.

-¡Oh, Joder! Casi...¡Casi me muerde!....¡Señor, gracias!..Alex, rápido cojamos el agua...Agh-La sangre que manchaba su rostro poseía un olor fortísimo y nauseabundo. Se limpió la cara con las mangas del jersey y escupió varias veces, pues hasta la boca le sabía a putrefacción.

·Daugavpils, Letonia-20 de febrero de 2011-8:14.P.M.

Hacía ya una semana desde el aviso emitido en televisión, en el cual recomendaban a la población rural concentrarse en las principales ciudades del país, para visitar cualquiera de los "centros de control de infecciones" establecidos por toda Europa desde el "Incidente de Novgorod". Justo ese era el propósito del viaje del matrimonio Ciocan.

Boris y Alexandra Ciocan viajaban en su destartalada camioneta desde la granja en la que vivían. Se dirigían a Daugavpils, que estaba a tres kilómetros de la misma. La noche cubría el escenario, pero la silueta de la ciudad brillaba con fuerza.

A tan solo dos kilómetros encontraron un par de coches volcados, que parecían haber sufrido un aparatoso accidente. Detuvieron el vehículo en el arcén de la rústica carretera y bajaron del mismo en busca de algún herido. Fue la primera vez que vieron con sus propios ojos a un "pútrido".

Alexandra dejó escapar un prominente grito que llamó la atención de la criatura. Esta, con un andar torpe, pero rápido; comenzó a acercarse a la pareja.
-¡Alex corre, sube a la camioneta!-Gritó Boris mientras se apresuraba a entrar en la camioneta.
Arrancaron y dejaron atrás a aquel nomuerto para proseguir con su camino aún con el vello erizado.
-¿Qué demonios era eso?
-¡Joder, está claro que era una de esas cosas!
-Boris no puede ser. Aquello ocurrió en Novgorod, si hubiese llegado hasta Letonia, nos habrían avisado,¿no crees?-Alexandra intentaba convencerse a sí misma.
El nerviosismo de Boris incrementaba a cada segundo.-!Pero lo has visto igual que yo!
De pronto Boris frenó en seco y su nerviosismo se convirtió en miedo.
-¿Pero qué coño haces ahora?-La mirada de Alexandra se posó en lo que tanto asustaba Boris-Joder...

Ante la camioneta se podía observar con total claridad Daugavpils. Claridad producida por los diversos incendios que la asolaban.Unas altas y densas columnas de humo se fusionaban con el oscuro firmamento.
 Parecía que todavía había movimiento en la ciudad, pues las luces de los coches en la distancia indicaban que muchos de los habitantes huían hacia la carretera en dirección a Bielorrusia.

Boris pisó lentamente el acelerador sin apartar la mirada del desolador panorama.